Desde hace un tiempo estoy metido en el desarrollo de aplicaciones para móviles. Además, este año he decidido arrancar unos proyectos propios en Internet, de los cuales iré hablando en este blog según vayan avanzando.
Como no podía ser de otra forma, emprender proyectos en este momento cuando hablamos de Internet, pasa casi irremediablemente por lanzar una app. Y llegado a este punto, en algún momento te ves obligado a decidir el nombre que tendrá la criatura. Así que me he puesto a investigar y esto es lo que he averiguado:
- La mayoría de la gente encuentra las aplicaciones en los stores. Si no tienes capacidad de promoción (o presupuesto) conviene que el nombre elegido describa el producto sin llegar a utilizar un nombre genérico.
- Si por lo contrario puedes hacer una buena promoción, tal vez puedas desmarcarte de la competencia utilizando un nombre no relacionado con la funcionalidad.
- Prueba combinaciones con las palabras relacionadas para lo que puedes utilizar alguna herramienta de sinónimos.
- La mente humana prefiere la simplicidad así que busca nombres simples y cortos.
- Debe de recordarse bien, ser fácil de leer, pronunciar y deletrear.
- Asegúrate que no tiene un significado negativo en otros idiomas.
- Estudia la presencia de otras aplicaciones buscando por ese nombre en los stores.
- Si hablamos de apps, hablamos de mercado global. Evita nombres restringidos a una zona geográfica a no ser que tengas claro que su ámbito no crecerá.
- Evita utilizar conceptos que pueden ser obsoletos en poco tiempo, por ejemplo, nadie sabe lo que le queda de vida al pendrive.
- Si el dominio .com está libre, es un plus.
- Y por último, y bastante importante, pregunta a tus conocidos que les parece el nombre e intenta que el grupo sea lo más heterogéneo posible. No hay opiniones malas.
¿Tienes algún criterio más a añadir a la lista? Deja un comentario, pues 😉